inicie una instalación en búsqueda de mi identidad, nombre:, y las mismo tiempo se me ocurrió la parodia de esos singulares volantes que tenia guardado, que si en vez de chicas podrían ser hombres, que representaban parte del continente latinoamericano, esa parte que se vende, un continente puto.

con la misma estética de los volantes originales, copiando hasta las poses de las trabajadoras sexuales, me propuse reproducir una fantasía, a una mentira real. así nació fotocopiados, una instalación sobre la historia de la humanidad, la explotación.

los nombres de los países de esta parte de continente en vez de el harén del placer o la colas más ardientes de corrientes, sus direcciones; calles y números por las capitales y metros cuadrados de superficie de los mismo, números telefónicos que son las fechas en que iniciaron esta gran subasta denigrante. aquí lo muestro de forma explicita y clara, porque al pueblo para que despierte hay que hablarle su lenguaje, como dijo calle 13, un poco de pornografía para una sociedad moralista e hipócrita que no quiere ver su suciedad.

mi arte es políticamente pornográfico, por una razón de estética y ética.